Después de haberle dado algunas vueltas a la cabeza llego a
la conclusión de poner fin a lo que ha sido una web que he mantenido durante
años. No sé ahora mismo cuantos pero puedo afirmar que hacer un recuento podría
darme vértigo. El viejo proyecto de la web dejó de entusiasmarme hace ya
algunos meses y lo mejor era poner fin a una actividad que no me impulsaba a
trabajar cada día con la ilusión debida. 
Sin embargo, tampoco he querido dejar totalmente la
actividad de escribir sobre Jerez y también de aquello que me plazca. La
solución viene de la mano de este blog que conservará el nombre de Jerezania y
recogerá de alguna forma todo el trabajo acumulado durante años. O al menos le
dará continuidad. 
El blog no será una pensión en la que cada día habrá que actualizar con algo para darle dinamismo. Escribiré en él cuando quiera. Sin ataduras ni compromisos.
Otra característica importante de este pequeño rincón para
el internauta viene de la mano de una escritura mucho más personal. Por tanto,
en el blog de Jerezania se darán la mano el reportaje, las curiosidades y
también aquello que me apetezca dejar negro sobre blanco (en este caso bajo
fondo marrón) y que tendrá cabida en él. No habrá temáticas que me puedan
dificultar un tema del que quiera escribir. Eso sí, habrá cosas de Jerez,
toros, algo de cofradías (no mucho), historia, sensaciones personales y alguna
cosa más que irán descritas en las distintas etiquetas que vaya abriendo. Las redes
sociales serán la correa de transmisión donde colocaré cada entrada nueva que
vaya publicando. 
Espero que este blog sea fructífero. Y que todos aquellos
que apetezcan de visitarlo lo vean durante mucho tiempo con interés mientras yo
lo disfruto. Así sea. 
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