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lunes, 8 de agosto de 2022

Juan Ortega cierra el ciclo de El Puerto con un triunfo 'amable'

Juan Ortega a hombros en El Puerto - Foto.- Circuitos Taurinos.


El diestro Juan Ortega se convirtió este domingo en el último triunfador de la temporada en El Puerto de Santa María con un triunfo amable avalado por la generosidad del público

Ganaderías.- Un toro reglamentariamente despuntado para rejones de Murube, rajado, y seis en lidia ordinaria de Juan Pedro Domecq, desiguales de presentación y descastados.

Joao Ribeiro Telles: rejón (oreja).

José María Manzanares (grana y oro): estocada (ovación); estocada tendida (oreja).

Juan Ortega (tabaco y oro): pinchazo y estocada (ovación); estocada (dos orejas).

Pablo Aguado (verde esmeralda y oro): estocada ligeramente caída (oreja); dos pinchados, estocada y tres descabellos (ovación).

Incidencias.- Saludaron tras banderillear al segundo Abraham Neiro y José Manuel Muñoz. La plaza registró más de media entrada en los tendidos en tarde agradable.

Último festejo de la temporada taurina del verano en El Puerto de Santa María. Se volvió a la media entrada generosa. Habrá que ver si a la empresa Circuitos Taurinos le cuadran los números después de carteles muy interesantes pero con escasa asistencia de público, excepto el sábado donde Roca reinó y llenó la plaza. Pero el de ayer domingo fue un público amable, con los pañuelos fáciles y con ganas de ver una tarde histórica que quedó en detalles bellos, pero sin hoja en blanco para escribir en la historia del coso portuense. 

Manzanares sorteó en primer lugar un precioso sardo de Juan Pedro Domecq que tuvo buen tranco en los dos primeros tercios, pero se quedó muy cortito en la muleta. El alicantino estuvo siempre de perfil con él, acompañando la embestida más que toreando, sin que aquello acabara de llegar al tendido.

El segundo de su lote fue un toro más altón y de bastas hechuras, que, además, fue siempre a su aire. Manzanares lo intentó con series en redondo, pero todo "fuera de cacho", exponiendo solo en el primer embroque. Además toda su labor estuvo caracterizada por la cantidad de enganchones que sufrió y esa sensación de ligereza. Pero el público, generoso hasta decir basta, le premió con una orejita.

Ortega recibió con verónicas muy jaleadas por el público al segundo, al que instrumentó un quite también por delantales de cierto sabor. Con la zurda arrancó la faena en la segunda raya del tercio el sevillano, que, tras un momento de apuro, optó por no salirse de su zona de confort, con probaturas y más probaturas que no llegaron a nada. Fue ovacionado tras un pinchazo previo a la estocada final.

El quinto de la tarde fue un toro distraído, sin fijeza y gazapón. Ortega, que lo galleó para llevarlo al caballo con una media salerosa, principió faena con una rodilla en tierra, abriéndolo hasta un poco más allá de la segunda raya.

Conforme el sevillano iba desplegando su estrategia el "juampedro" iba perdiendo fuelle, solo destacando con algunos destellos. Un natural suelto, un tres en uno, un par de serios en redondo como fin de obra con el toro que parecía una cabra pastueña pusieron ambiente de frenesí en la plaza, tanto que, tras la estocada, le premiaron con dos excesivas orejas.

Aguado saludó con mecidas verónicas a los medios a su primero, al que llevó al caballo con un galleo por chicuelinas. Inició faena sobre la mano derecha el otro sevillano del cartel, por donde le robó muletazos aislados. Al natural también lo intentó, aunque en ese momento el toro decidió echar la persiana. Cortó una orejita.

El último de la temporada en El Puerto arreaba para los adentros, poniendo a los banderilleros en serios problemas. Aguado lo sacó para fuera y ahí comenzó su toreo con la diestra. Mandó callar la música y se apretó mucho con una tanda de redondos a pesar de que al toro se le iba la gasolina. A partir de ahí todo fue un quiero y no puedo. Además, se atasco con la espada.

Abrió la tarde el rejoneador portugués Joao Ribeiro Telles, que cortó una oreja de un manso toro de Murube, muy aquerenciado en tablas, y con el que tuvo que hacer un notable esfuerzo el jinete portugués, que destacó, sobre todo, en una banderilla de mucha exposición, quebrando en la misma cara al hilo de los tableros.




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Un blog como nueva forma de Jerezania

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